Todos utilizamos nuestras gafas de sol en verano. Pero llega el otoño, el invierno, la primavera… y nuestras gafas se ven sumidas en un profundo letargo al fondo de un cajón.
¿Cómo es posible? ¿acaso nuestros ojos, los órganos más sensibles del cuerpo, no necesitan protección durante todo el año? desde luego que sí, y hacerlo tiene muchas ventajas.
Estas son las 10 principales razones para utilizar gafas de sol todo el año.
1. El verano se acaba, pero la radiación UV no.
El sol es una fuente inagotable de luz, calor… y otras radiaciones perjudiciales que llegan hasta nosotros: los rayos UV. Estos rayos provocan no pocos problemas en nuestra piel y nuestros ojos: arrugas, quemaduras, alteraciones de color y cáncer de piel, cataratas, DMAE, pterigion… la lista es larga y nada alentadora.
Es cierto que los índices de radiación UV son máximos durante el verano y además es en esa época cuando solemos pasar más tiempo al exterior: dos de los factores que más influyen en la agresión de los rayos solares a nuestros ojos.
Pero no debemos olvidar que el sol está ahí todo el año. Y durante todo los días del año, el sol emite rayos de luz que son beneficiosos junto con otros que son perjudiciales. La clave está en aprovechar los beneficios y protegernos contra los dañinos.
Un ejemplo: la predicción de Euskalmet para el día 28/10/2014: un típico día de otoño.
Vemos que la previsión en las horas centrales del día – en las que el sol es más peligroso en cualquier estación – es de índice UVI moderado.
La radiación UV no desaparece en otoño-invierno-primavera, aunque es menor que en verano.
2. El sol es menos intenso, pero resulta más molesto
El sol realiza un recorrido de arco más corto (notamos que la duración de los días ha disminuido) y más cercano al horizonte. Esto significa que suele resultar más molesto que durante el verano, cuando está más vertical, y que resulta cegador ya que se refleja y rebota más sobre superficies horizontales y penetra más en el ojo.
3. Mayor seguridad al volante todo el año
Relacionado con el punto anterior, el sol es ahora más molesto e incapacitante cuando estamos al volante. Mucha gente se desplaza en coche hasta su trabajo y aunque los trayectos largos resultan más agotadores, son los trayectos cortos los que han demostrado ser más peligrosos. Una buena gafa de sol aumenta la visión, el contraste, la concentración y permite reaccionar con más rapidez a los imprevistos de la carretera.
4. Efecto pantalla contra el viento, el frío y los alérgenos
Las gafas de sol también suponen una protección contra el viento y el frío. Además son muy útiles para los que tienen algún tipo de alergia, como conjuntivitis estacional que se puede dar en distintas épocas del año.
5. Protegen la piel alrededor de los ojos
La radiación UV no solo afecta al globo ocular, también agrede a los párpados y las zonas alrededor de los ojos. Hace que la piel envejezca con más rapidez y crea arrugas, manchas y otras alteraciones que pueden degenerar en cáncer de piel.
6. Ayudan contra la sequedad ocular
Muchos días de invierno la humedad relativa del aire es más baja que en verano. Las personas que sufren de sequedad ocular tienen más síntomas de incomodidad en este ambiente frío y seco. Además, su condición puede verse exacerbada por la calefacción, que también seca el ambiente. El uso de gafas de sol en exteriores puede aliviar estos síntomas ya que ayuda a mantener la humedad del ojo.
7. Imprescindibles en deportes de invierno
Los deportes de invierno se realizan en condiciones bastante extremas para el ojo y se hace necesario protegerlo adecuadamente. El hielo y la nieve reflejan gran cantidad de radiación. Igualmente, la radiación UV aumenta cerca de un 10% por cada 1000 metros de altitud. Finalmente, el efecto pantalla nos ayuda a mantener la humedad del ojo y nos protege como un escudo de las partículas (hielo) en suspensión.
8. Protección frente a impacto
No solamente en los deportes típicamente invernales, en cualquier actividad deportiva suponen una protección física importantísima, además de su acción como filtro.
9. Los ojos claros necesitan más protección
Las personas con ojos claros tienen menor cantidad de melanina, un pigmento oscuro que nos protege de manera natural de la luz solar. Los ojos claros, así como las personas con piel clara (fototipo I y II) necesitan por tanto más protección que las personas de ojos oscuros. Son, además, más propensas a sufrir enfermedades oculares como la DMAE si no se protegen adecuadamente.
10. Los niños necesitan una mayor protección
Los ojos de los niños son mucho más sensibles a la radiación UV que los de los adultos. No estamos hablando de que el sol les moleste más (eso es una cuestión diferente) sino de que la exposición al sol tiene en ellos unas consecuencias más graves que en los adultos debido a que sus ojos no han desarrollado todavía ninguna defensa contra esta radiación. De hecho, una gran parte de la radiación UV que acumularemos a lo largo de nuestra vida la hemos recibido durante nuestra infancia. El hecho de que utilicen una gafa de sol adecuada supone una gran ventaja a corto y largo plazo.
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Buen articulo aunque quisiera saber algo sobre las gafas de sol negras.
Estupendo articulo Iñaki, la verdad que dejando aparte el diseño una buena gafa es esencial.